Daniel Espartaco Sánchez's Blog
April 25, 2014
La muerte del pelícano
En unas semanas saldrá a la venta mi nueva novela, esta vez policíaca, editada por ediciones B y escrita en colaboración con mi hermano Raúl Aníbal Sánchez. El título: "La muerte del pelícano".
Aquí la cuarta:
La muerte de pelícano es una novela satírica en la clave de la tradición mexicana. Lugar: La ciudad de México durante el gobierno de Felipe Calderón. El hijo predilecto de una de las familias más importantes del país ha sido encontrado muerto. Y en un país azotado por la guerra contra el narcotráfico, la corrupción, la política y el tráfico de influencias, el único que puede resolver el caso es el Vaquero Rodríguez, ex izquierdista, ex estudiante de sociología, un agente de la vieja escuela, y su compañera, la joven Natalia Payán, representante de la nueva generación de policías. Ambos trabajan para una corporación especial, de carácter secreto, creada especialmente para trabajar en los casos de los ricos, los poderosos y las celebridades. Sólo hay un problema: el misterio del que está rodeada la vida de la víctima, un joven ejemplar, perfecto, cuyo único defecto sea tal vez el de haber nacido como un cordero entre lobos.
Aquí la cuarta:
La muerte de pelícano es una novela satírica en la clave de la tradición mexicana. Lugar: La ciudad de México durante el gobierno de Felipe Calderón. El hijo predilecto de una de las familias más importantes del país ha sido encontrado muerto. Y en un país azotado por la guerra contra el narcotráfico, la corrupción, la política y el tráfico de influencias, el único que puede resolver el caso es el Vaquero Rodríguez, ex izquierdista, ex estudiante de sociología, un agente de la vieja escuela, y su compañera, la joven Natalia Payán, representante de la nueva generación de policías. Ambos trabajan para una corporación especial, de carácter secreto, creada especialmente para trabajar en los casos de los ricos, los poderosos y las celebridades. Sólo hay un problema: el misterio del que está rodeada la vida de la víctima, un joven ejemplar, perfecto, cuyo único defecto sea tal vez el de haber nacido como un cordero entre lobos.
Published on April 25, 2014 12:49
November 28, 2013
Autos usados, Premio Bellas Artes Narrativa Colima para Obra Publicada 2013
El Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes, en colaboración con el Gobierno de Colima, por medio de la Universidad de Colima, otorgan el Premio Bellas Artes Narrativa Colima para Obra Publicada 2013 a Daniel Espartaco Sánchez por su libro Autos usados, editado por Random House Mondadori, 2012.
El jurado estuvo formado por Geney Beltrán Félix, Braulio Peralta y Élmer Mendoza, quienes por unanimidad eligieron a la obra galardonada “por ser una obra que condensa una visión periférica de la violencia en el norte del país, desde la perspectiva de una generación de jóvenes, que bordean el vacío que deja una sociedad en descomposición, con una prosa brillante que crea atmósferas dotadas de gran capacidad evocativa”.
El jurado estuvo formado por Geney Beltrán Félix, Braulio Peralta y Élmer Mendoza, quienes por unanimidad eligieron a la obra galardonada “por ser una obra que condensa una visión periférica de la violencia en el norte del país, desde la perspectiva de una generación de jóvenes, que bordean el vacío que deja una sociedad en descomposición, con una prosa brillante que crea atmósferas dotadas de gran capacidad evocativa”.
Published on November 28, 2013 08:43
October 29, 2013
Nexos. Así escribo.
Mi colaboración en Nexos del mes de agosto de 2013. http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticu...
Published on October 29, 2013 16:24
July 11, 2013
Entrevista sobre Bisontes (Nitro/press, 2013)
He aquí una entrevista sobre Bisontes publicada en La Jornada Aguascalientes: Una entrevista a propósito de Bisontes (Nitro/press, 2013) en La Jornada de Aguascalientes. http://www.lja.mx/2013/07/entrevista-...
Escribir con cierta fluidez, con la mente clara, y nunca usar fórmulas para ser gracioso
“Mi intención no es ser crítico con cosas que están ahí y que todo mundo ve, sino sólo retratarlas y divertirme a sus costillas”
El sentido del humor suele ser una de las características que más se echan de menos dentro de la literatura mexicana, es como si a nuestros escritores les hubieran extirpado la capacidad de reírse de sí mismos y de sus compañeros de lides, como si les hubieran extirpado uno de los sentidos más críticos y más ácidos con el que los hombres podemos enfrentar la cruda realidad que vivimos: la risa, la burla.
Daniel Espartaco Sánchez (Ciudad de México, 1977) es un joven escritor que con su agudo sentido de la observación y un profundo desparpajo retoma una tradición literaria que podríamos extender hacia la obra del escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia, una tradición en donde el humor cáustico y la risa nos permiten observar la grandeza y la miseria de la vida,
Daniel Espartaco Sánchez se ha ganado un espacio dentro del mundo literario mexicano con Cosmonauta (2011), obra que fue considerada como el mejor libro de relatos por la revista Nexos en ese año, Autos Usados (2012) y el cuento Gasolina (2012), editado en forma de libro por Nitro Press en 2012 y que hace una burla intensa sobre la vida de los becarios del FONCA.
Platicamos con Daniel sobre su más reciente libro, Bisontes, editado por Nitro Press y compuesto por dos largos cuentos en donde el protagonista es el escritor Miguel Habedero, autor de tres novelas muy importantes escritas en los años 70 del siglo pasado, quien regresa a su natal Chihuahua a recibir un homenaje por parte de las autoridades, algo que marca el inicio de su decadencia como escritor activo, algo que sabe muy bien el propio Habedero.
El total de Bisontes fue escrito en el año 2005 –nos cuenta Daniel– y se llamaba Walden tres. Mi primera intención era escribir una sátira sobre los escritores de los años 60, sobre la contracultura, y la obsesión de los lectores por la marginalidad, que me parece un eco bastante tardío del romanticismo. La prueba de eso ahora es el auge de Bolaño, a todo mundo le encanta que Bolaño sea un marginal. Y ahí hay una paradoja, si la marginalidad vende, entonces ¿es marginalidad? También quería satirizar un poco cómo el Estado embalsama a los escritores con becas y homenajes, y todas esas cosas. Ésa era la idea original, pero luego ocurrió que el personaje se desarrolló por sí mismo. Le transmití algo de mi amargura y de mi sentido del humor, pero ya era alguien muy independiente de mí. Un hombre de 60 años que vive en la nostalgia y el desazón.
Javier Moro Hernández (JMH): ¿Cómo trabajaste una obra como Bisontes, que se lee de una manera ágil, divertida, rápida?
Daniel Espartaco Sánchez (DES): Pues todo el asunto está en la corrección. Cuando me pongo a corregir algo no me gusta que queden frases y palabras de más (no es que lo logre al 100 por ciento, pero trato). El libro tenía como 120 páginas, y al final quedó en 60 y tantas, 90 páginas ya formadas. Me gusta que la prosa se pueda leer de un tirón. Lo hago porque así están escritos la clase de libros que me gusta leer. Sin embargo, supongo que para algunas personas esa cualidad es algo negativo. Muchos de los lectores que tenemos ahora creen que si el libro es difícil de leer entonces es por ende un libro bueno.
JMH: Uno de los temas que podemos ver y leer tanto en Bisontes como en Gasolina es una crítica sazonada de humor negro sobre la intelectualidad nacional, principalmente sobre la clase literaria, una crítica que a mi entender es necesaria, ¿cuál ha sido la reacción de la crítica hacia estas dos obras en particular?
DES: Ha habido comentarios, la mayoría buenos. Estos comentarios ponderan de manera positiva la crítica a la clase literaria. Pero mi intención no es ser crítico con cosas que están ahí y que todo mundo ve, sino sólo retratarlas y divertirme a sus costillas. ¿Por qué nadie se había tomado la molestia de hablar de las becas del FONCA, por ejemplo? Misterio. O desprecio. Somos muy solemnes. Mi influencia son los rusos: Dostoievski, Goncharov, Gogol o Bulgákov nunca desaprovechan la oportunidad para reírse de las pretensiones de sus colegas escritores.
JMH: Otro de los temas esenciales que pude encontrar en Bisontes es el regreso al terruño, a la tierra de la infancia, un tema universal dentro de la literatura pero que sin embargo tu protagonista, Miguel Habedero, aborda (por lo menos en un principio) con cierto escepticismo y cierto desapego, para después entregarse a una nueva vida que se abre con ese regreso, por lo que quería preguntarte qué sentimientos, qué ideas genera en ti la idea del regreso.
DES: Cuando escribí Bisontes pensaba que en algún momento yo tendría que regresar a Chihuahua, y ahora no estoy nada seguro de eso. Prefiero vivir en Melanesia que en Chihuahua. Sin embargo, creo que el desapego y el escepticismo de Miguel Habedero, como tú bien dices, es algo que nace de mí.
JMH: Una de las características que me llamó la atención es la edad del protagonista de Bisontes, el escritor Miguel Habedero, un escritor de una generación diferente a la tuya, y que sin embargo logras retratar de una manera que me hace pensar en que has observado a detalle el trabajo de los escritores que te han precedido, para entender una forma de hacer literatura que puede ser muy distinta a como tú la entiendes pero que de la cual has podido tomar elementos para generar una obra diferente.
DES: Bueno, como muchos otros adolescentes en México crecí leyendo las novelas de la Onda, de las cuales mi favorita es Gazapo de Gustavo Sainz, crecí leyendo literatura mexicana. En mi casa estaba completa la colección Lecturas Mexicanas. La ventaja es que también leí otras cosas de literatura universal. Siempre fui también muy receptivo a los chismes sobre escritores, que es parte del ambiente. Mi madre ya me hablaba, cuando yo era niño, sobre Elena Garro y Octavio Paz. Es decir, creo que puedo captar muy bien ciertos ambientes a partir de lo que me han contado. Hay por ahí una escena sobre la guerrilla en Bisontes; es totalmente ficticia, pero no la hubiera podido escribir si no hubiera pasado horas hablando sobre la guerrilla con mis amigos ya grandes (y es una escena que no hace justicia a la guerrilla mexicana, pero mi intención era meramente satírica). O la escena del beisbol está construida a partir de una recreación muy libre de cosas que me contaron mis padres de su infancia y mi adolescencia y mi experiencia como pésimo jugador de beisbol. También hay una crítica velada a la novela experimental de los 60 y 70, es porque recuerdo haber visto muchas de esas arrumbadas en las librerías de viejo, editadas por Joaquín Mortiz.
JMH: ¿Qué importancia tiene para ti el sentido del humor, la risa, dentro de una obra literaria?
DES: Pues es muy importante, pero nunca trato de hacerme el gracioso de una manera consciente. Es como cuando cuentas un chiste y piensas demasiado en cómo contarlo, entonces no va a ser gracioso. Muchos escritores tratan de hacerse los graciosos y no lo logran. Lo mejor es escribir con cierta fluidez, con la mente clara, y nunca usar fórmulas para ser gracioso. Es decir, de una manera natural. Como cuando apenas llevas dos o tres cervezas y estás muy relajado y cuentas una anécdota y te das cuentas que es divertida. Pero volviendo a tu pregunta, yo creo que el humor en una obra literaria debe de estar dosificado. Hay por supuesto excelentes obras que no tienen nada de humor. Yo prefiero el estilo ruso, como Dostoievski. La gente que no lo ha leído (o que lo ha leído mal) cree que Crimen y castigo es una obra aburrida y trágica, pero el asunto es que Dostoievski tenía mucho sentido del humor, pero de ese humor maligno.
JMH: Por último, ¿en qué proyecto nuevo andas trabajando ahora?
DES: Pues ando en muchas cosas, tengo como un año escribiendo una novela que va muy lenta, tengo también una colección de historias que se resiste a tomar su forma definitiva. Mis disco duro es un desastre, justo como la vida de un solterón de 35 años.
Escribir con cierta fluidez, con la mente clara, y nunca usar fórmulas para ser gracioso
“Mi intención no es ser crítico con cosas que están ahí y que todo mundo ve, sino sólo retratarlas y divertirme a sus costillas”
El sentido del humor suele ser una de las características que más se echan de menos dentro de la literatura mexicana, es como si a nuestros escritores les hubieran extirpado la capacidad de reírse de sí mismos y de sus compañeros de lides, como si les hubieran extirpado uno de los sentidos más críticos y más ácidos con el que los hombres podemos enfrentar la cruda realidad que vivimos: la risa, la burla.
Daniel Espartaco Sánchez (Ciudad de México, 1977) es un joven escritor que con su agudo sentido de la observación y un profundo desparpajo retoma una tradición literaria que podríamos extender hacia la obra del escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia, una tradición en donde el humor cáustico y la risa nos permiten observar la grandeza y la miseria de la vida,
Daniel Espartaco Sánchez se ha ganado un espacio dentro del mundo literario mexicano con Cosmonauta (2011), obra que fue considerada como el mejor libro de relatos por la revista Nexos en ese año, Autos Usados (2012) y el cuento Gasolina (2012), editado en forma de libro por Nitro Press en 2012 y que hace una burla intensa sobre la vida de los becarios del FONCA.
Platicamos con Daniel sobre su más reciente libro, Bisontes, editado por Nitro Press y compuesto por dos largos cuentos en donde el protagonista es el escritor Miguel Habedero, autor de tres novelas muy importantes escritas en los años 70 del siglo pasado, quien regresa a su natal Chihuahua a recibir un homenaje por parte de las autoridades, algo que marca el inicio de su decadencia como escritor activo, algo que sabe muy bien el propio Habedero.
El total de Bisontes fue escrito en el año 2005 –nos cuenta Daniel– y se llamaba Walden tres. Mi primera intención era escribir una sátira sobre los escritores de los años 60, sobre la contracultura, y la obsesión de los lectores por la marginalidad, que me parece un eco bastante tardío del romanticismo. La prueba de eso ahora es el auge de Bolaño, a todo mundo le encanta que Bolaño sea un marginal. Y ahí hay una paradoja, si la marginalidad vende, entonces ¿es marginalidad? También quería satirizar un poco cómo el Estado embalsama a los escritores con becas y homenajes, y todas esas cosas. Ésa era la idea original, pero luego ocurrió que el personaje se desarrolló por sí mismo. Le transmití algo de mi amargura y de mi sentido del humor, pero ya era alguien muy independiente de mí. Un hombre de 60 años que vive en la nostalgia y el desazón.
Javier Moro Hernández (JMH): ¿Cómo trabajaste una obra como Bisontes, que se lee de una manera ágil, divertida, rápida?
Daniel Espartaco Sánchez (DES): Pues todo el asunto está en la corrección. Cuando me pongo a corregir algo no me gusta que queden frases y palabras de más (no es que lo logre al 100 por ciento, pero trato). El libro tenía como 120 páginas, y al final quedó en 60 y tantas, 90 páginas ya formadas. Me gusta que la prosa se pueda leer de un tirón. Lo hago porque así están escritos la clase de libros que me gusta leer. Sin embargo, supongo que para algunas personas esa cualidad es algo negativo. Muchos de los lectores que tenemos ahora creen que si el libro es difícil de leer entonces es por ende un libro bueno.
JMH: Uno de los temas que podemos ver y leer tanto en Bisontes como en Gasolina es una crítica sazonada de humor negro sobre la intelectualidad nacional, principalmente sobre la clase literaria, una crítica que a mi entender es necesaria, ¿cuál ha sido la reacción de la crítica hacia estas dos obras en particular?
DES: Ha habido comentarios, la mayoría buenos. Estos comentarios ponderan de manera positiva la crítica a la clase literaria. Pero mi intención no es ser crítico con cosas que están ahí y que todo mundo ve, sino sólo retratarlas y divertirme a sus costillas. ¿Por qué nadie se había tomado la molestia de hablar de las becas del FONCA, por ejemplo? Misterio. O desprecio. Somos muy solemnes. Mi influencia son los rusos: Dostoievski, Goncharov, Gogol o Bulgákov nunca desaprovechan la oportunidad para reírse de las pretensiones de sus colegas escritores.
JMH: Otro de los temas esenciales que pude encontrar en Bisontes es el regreso al terruño, a la tierra de la infancia, un tema universal dentro de la literatura pero que sin embargo tu protagonista, Miguel Habedero, aborda (por lo menos en un principio) con cierto escepticismo y cierto desapego, para después entregarse a una nueva vida que se abre con ese regreso, por lo que quería preguntarte qué sentimientos, qué ideas genera en ti la idea del regreso.
DES: Cuando escribí Bisontes pensaba que en algún momento yo tendría que regresar a Chihuahua, y ahora no estoy nada seguro de eso. Prefiero vivir en Melanesia que en Chihuahua. Sin embargo, creo que el desapego y el escepticismo de Miguel Habedero, como tú bien dices, es algo que nace de mí.
JMH: Una de las características que me llamó la atención es la edad del protagonista de Bisontes, el escritor Miguel Habedero, un escritor de una generación diferente a la tuya, y que sin embargo logras retratar de una manera que me hace pensar en que has observado a detalle el trabajo de los escritores que te han precedido, para entender una forma de hacer literatura que puede ser muy distinta a como tú la entiendes pero que de la cual has podido tomar elementos para generar una obra diferente.
DES: Bueno, como muchos otros adolescentes en México crecí leyendo las novelas de la Onda, de las cuales mi favorita es Gazapo de Gustavo Sainz, crecí leyendo literatura mexicana. En mi casa estaba completa la colección Lecturas Mexicanas. La ventaja es que también leí otras cosas de literatura universal. Siempre fui también muy receptivo a los chismes sobre escritores, que es parte del ambiente. Mi madre ya me hablaba, cuando yo era niño, sobre Elena Garro y Octavio Paz. Es decir, creo que puedo captar muy bien ciertos ambientes a partir de lo que me han contado. Hay por ahí una escena sobre la guerrilla en Bisontes; es totalmente ficticia, pero no la hubiera podido escribir si no hubiera pasado horas hablando sobre la guerrilla con mis amigos ya grandes (y es una escena que no hace justicia a la guerrilla mexicana, pero mi intención era meramente satírica). O la escena del beisbol está construida a partir de una recreación muy libre de cosas que me contaron mis padres de su infancia y mi adolescencia y mi experiencia como pésimo jugador de beisbol. También hay una crítica velada a la novela experimental de los 60 y 70, es porque recuerdo haber visto muchas de esas arrumbadas en las librerías de viejo, editadas por Joaquín Mortiz.
JMH: ¿Qué importancia tiene para ti el sentido del humor, la risa, dentro de una obra literaria?
DES: Pues es muy importante, pero nunca trato de hacerme el gracioso de una manera consciente. Es como cuando cuentas un chiste y piensas demasiado en cómo contarlo, entonces no va a ser gracioso. Muchos escritores tratan de hacerse los graciosos y no lo logran. Lo mejor es escribir con cierta fluidez, con la mente clara, y nunca usar fórmulas para ser gracioso. Es decir, de una manera natural. Como cuando apenas llevas dos o tres cervezas y estás muy relajado y cuentas una anécdota y te das cuentas que es divertida. Pero volviendo a tu pregunta, yo creo que el humor en una obra literaria debe de estar dosificado. Hay por supuesto excelentes obras que no tienen nada de humor. Yo prefiero el estilo ruso, como Dostoievski. La gente que no lo ha leído (o que lo ha leído mal) cree que Crimen y castigo es una obra aburrida y trágica, pero el asunto es que Dostoievski tenía mucho sentido del humor, pero de ese humor maligno.
JMH: Por último, ¿en qué proyecto nuevo andas trabajando ahora?
DES: Pues ando en muchas cosas, tengo como un año escribiendo una novela que va muy lenta, tengo también una colección de historias que se resiste a tomar su forma definitiva. Mis disco duro es un desastre, justo como la vida de un solterón de 35 años.
Published on July 11, 2013 03:19
•
Tags:
bisontes, entrevista
July 6, 2013
Hombres armados

Hombres armados es mi nueva colección de relatos, aquí se cuenta un poco de qué va.
"Las cinco historias que componen este volumen transcurren en una ciudad del norte de México durante los años noventa del siglo pasado y la época actual. En “Helada”, un hombre tiene que afrontar las temperaturas más bajas registradas en cien años; en “Jardín”, dos hermanos se encuentran con un avestruz, signo premonitorio de un futuro incierto. En estos cuentos, la violencia es tangencial, un atisbo con el que se tiene que vivir. En “Invierno”, Tabita huye de su casa después de no aprobar el examen de ingreso a la universidad y consigue un empleo en una tienda departamental a la vez que pretende perder la virginidad con Elías; en “Escombros”, un joven airado recorre la ciudad con su novia, madre soltera. En el fondo de estas dos historias están las mujeres que han sido asesinadas y cuyos cadáveres son encontrados en las afueras de la ciudad. Finalmente, en “Hombres armados”, Sabato, un hombre que regresa a su ciudad natal en la frontera, huye de los hombres que han secuestrado a sus compañeros activistas."
Published on July 06, 2013 17:46
•
Tags:
cuento, hombres-armados, relato
February 22, 2013
Bisontes, nuevo libro, en Nitro/press. México (2013)
Published on February 22, 2013 23:53