Fondos indexados ING – Mi opinión + Guía Completa [2025]
Cuando empecé a interesarme por los fondos indexados en España, la verdad es que había pocas opciones decentes para el pequeño ahorrador que no quisiera que le tomasen el pelo. Los bancos de siempre —BBVA, Santander y compañía— seguían con los mismos fondos de toda la vida: caros, mal gestionados y con rentabilidades que daban vergüenza.
En ese panorama, ING fue el único banco tradicional que se atrevió a hacer algo distinto y apostó por los fondos indexados. Mientras el resto seguía vendiendo la moto con lo de la “gestión activa”, ING ofrecía productos sencillos, con comisiones razonables y una filosofía de inversión mucho más alineada con los intereses del cliente.
Y no es una forma de hablar. El mejor ejemplo es el del BBVA Quality Inversión Moderada, que llegó a ser el fondo más grande de España, con más de 240.000 partícipes y más de 8.600 millones de euros invertidos. ¿Y cómo lo hizo? Pues peor que su índice de referencia, y además cobrando más. En los últimos cuatro años, este fondo dio una ha dado un 9%, mientras su índice ha superado el 25 %. Es decir: BBVA estaba (y está), literalmente, tomándole el pelo a 240.000 personas. Mientras tanto, ING apostaba por los indexados.
Y ya si te digo que invertir en ese fondo es 7 veces más caro que en su índice, el chiste se cuenta solo.
Pero volviendo a ING.
Con esta apuesta (y bien hecha), ING consiguió algo que muy pocos bancos han logrado: ofrecer productos honestos, transparentes y que realmente ponían al cliente por delante. De hecho, sus fondos indexados han hecho mucho más por los inversores españoles que BBVA y Santander juntos.
Y no, no es que les tenga manía. Pero mientras BBVA seguía colocando fondos mediocres a miles de personas, ING fue el único que dijo: “vamos a intentar hacerlo de otra forma”.
Y sin embargo, yo no invierto con ellos.
¡Y ojo! No porque no sean buenos. Quédate, que ahora te cuento por qué.
Por cierto, si estás leyendo esto porque quieres empezar a invertir en fondos indexados, te dejo por aquí mi KIT Independízate (gratuito), con una guía paso a paso para empezar a invertir.
¿Qué opciones tienes para invertir con ING?Si has trasteado alguna vez la sección de inversión de ING, te habrás topado con un montón de opciones. Todas parecen distintas, pero en el fondo van a lo mismo: ponerte fácil lo de invertir y que no te rompas la cabeza.

Lo primero que suele saltar a la vista son los indexados de toda la vida. Fondo Naranja Indexados que sigue al S&P 500, el del Euro Stoxx 50… Lo típico. Copian lo que hace el mercado, cobran menos que los bancos de siempre y no necesitas ser un crack para entenderlos. Van al grano. Nada de gestores estrella ni humo caro, como pasa en muchos bancos.
Luego está el famoso Fondo Prudente. Este es para los que prefieren dormir tranquilos aunque ganen menos. Con un 100% de renta fija, tiene un enfoque más conservador. Pero ojo, aquí ya nos salimos un poco del mundo indexado puro.
Y después están los fondos cartera. Tú eliges entre los 8 tipos de cartera que tienen (que veremos enseguida) y, en teoría, te olvidas del tema. Es verdad que te asesoran para que elijas la que más se adapte a ti, pero no lo tienen automatizado.
La verdad que ING ha montado un ecosistema bastante apañado para empezar a invertir. Además, tienes también opciones ESG, que es la opción de sostenibilidad. Y, por último, puedes elegir alrededor de 40 fondos, la mayoría de gestión activa.
Si te interesa saber más sobre la inversión en fondos ESG o ISR (es lo mismo), te dejo por aquí un artículo en el que explico cómo invertir en fondos Indexados ISR (y con quién hacerlo)
Fondos indexados de ING: los más conocidosCuando hablamos de fondos indexados en ING, los que mandan son los Fondos Naranja. El más famoso: el Fondo Naranja S&P 500, que sigue las 500 mayores empresas de EE. UU. También está el Euro Stoxx 50, centrado en las grandes de la zona euro. Además también ofrecen otros dos fondos indexados: para el IBEX 35 y para el Nasdaq 100.
Durante años, estos fondos fueron casi un unicornio en la banca española. Mientras los bancos de siempre te clavaban con fondos “activos” y comisiones del 2% o más, ING llegaba con algo distinto. Fondos indexados por más o menos un 1 % anual. No era perfecto, pero para aquel momento, era otra liga.
Índice replicado
Comisión de gestión anual
Comisión de depósito anual
Standard & Poor’s 500
S&P 500 (EE UU)
0,99 %
0,10 %
Nasdaq 100
Nasdaq 100 (tecnología EE UU)
0,99 %
0,10 %
Ibex 35
Ibex 35 (España)
0,99 %
0,10 %
Euro Stoxx 50
Euro Stoxx 50 (zona euro)
0,99 %
0,10 %
Y lo mejor: eran indexados de verdad. Sin cambios raros, sin historias. No había un gestor intentando batir al mercado. Solo replicaban el índice y punto. En un entorno donde la mayoría no tenía ni idea de lo que era un índice, eso era un soplo de aire fresco.
¿El pero? Que se quedaron a medias. ING abrió camino, pero no avanzó mucho más. Las comisiones siguen siendo altas si las comparas con lo que hay hoy. La oferta es limitada: unos pocos índices, y ya. Nada de carteras globales, ni rebalanceo automático, ni gestión fiscal, ni asesoramiento.
Así que sí: fueron pioneros. Y mejoran con mucho lo que aún venden muchos bancos. Pero si estás empezando ahora, hay alternativas que hacen lo mismo… y lo hacen mejor.
Fondo Prudente: ¿vale la pena este perfil conservador?Entre los productos de inversión que ofrece ING, el más novedoso es el Fondo Naranja Prudente, que salió el 9 de mayo de 2025. A simple vista, parece perfecto para quien quiere empezar a invertir sin asumir grandes riesgos. Pero, ¿realmente es una buena opción?
La idea es sencilla: está pensado para perfiles conservadores. Invierte principalmente en renta fija a corto plazo (bonos públicos y privados), y en teoría busca proteger el capital en momentos de inestabilidad del mercado. Sobre el papel, suena bastante razonable.
El problema aparece cuando rascas un poco más. Para empezar, no es un fondo indexado. No sigue un índice de referencia concreto, ni tiene una estrategia transparente que puedas entender de un vistazo. Es un fondo de gestión activa, lo que significa que hay un equipo tomando decisiones constantemente. Eso implica más incertidumbre… y también más costes.
Aunque en la web dicen que tiene una comisión de gestión del 0,68 % y una de depósito del 0,02 %, lo cierto es que el impacto total en costes reales es mayor. Según el documento oficial (DFI), el coste total anual ronda el 0,9 %. Esto incluye también costes de transacción y otros gastos operativos que no siempre se ven a primera vista.
Tipo de costeCoste total Comisión de gestión y costes operativos0,73% Costes de operación0,16% Comisiones de suscripción y reembolso0% Total0,9%Y esto no es un detalle menor: para un fondo conservador, donde las rentabilidades esperadas no son muy altas, perder casi un 1 % al año solo en costes puede marcar mucho la diferencia. Con esto en mente, estiman una rentabilidad (no garantizada) del 1,8% anual neta de gastos.
Es cierto que puede dar cierta tranquilidad a quien le tiene respeto a las bajadas del mercado. Pero si lo miras con calma, hay opciones más claras, transparentes y baratas para perfiles conservadores.
Fondos cartera: inversión automática… ¿o marketing?Dentro de la oferta de inversión de ING, los llamados “fondos cartera” son su intento más claro de parecerse a un roboadvisor. La idea suena bien: eliges tu nivel de riesgo y ellos se encargan del resto. Tú decides cuánto riesgo quieres asumir, y en función de eso te asignan una cartera ya montada.
Hay 8 carteras disponibles. Cada una con una combinación distinta de renta fija y renta variable. Aunque en la web lo presentan como una escala sencilla (tipo 10/90, 50/50 o 90/10), en realidad la composición exacta es un poco más matizada, y en algunos casos incluye también materias primas, como el oro. Aquí va el resumen real, sacado directamente de los folletos:
Renta Fija
Renta Variable
Materias primas u oro
Cartera NARANJA 0/100
100%
0%
0%
Cartera NARANJA 10/90
90%
10%
0%
Cartera NARANJA 20/80
80%
20%
0%
Cartera NARANJA 30/70
70%
30%
0%
Cartera NARANJA 40/60
60%
40%
0%
Cartera NARANJA 50/50
50%
50%
0%
Cartera NARANJA 75/25
25%
75%
0–5%
Cartera NARANJA 90/10
10%
90%
0–10%
Como ves, la lógica es clara: más renta variable, más posibilidad de ganar… pero también más movimiento (y sustos) en el camino. Eso sí, conviene mirar más allá de la etiqueta.
ING monta estas carteras combinando varios fondos —algunos propios, otros de gestoras externas— para cuadrar ese reparto. Para alguien que empieza, puede parecer una opción cómoda y con sentido. Pero si lo analizas con lupa, hay diferencias importantes con un verdadero roboadvisor.
Por ejemplo, sí existe un rebalanceo, pero no es personalizado ni adaptado a tus objetivos personales. Los fondos están obligados a mantener su estrategia dentro de unos rangos definidos en su folleto, y si se desajustan, la gestora tiene que corregirlo. Lo que no hay es rebalanceo dinámico ni ajustes automáticos según tu edad o situación, como sí hacen algunos gestores automatizados más avanzados.
Tampoco hay gestión fiscal inteligente. Si tienes ganancias o pérdidas, tendrás que gestionar tú mismo cuándo mover el dinero y cómo compensar fiscalmente. Y aunque las comisiones no son excesivas, rondan el 1 % anual, sin contar los gastos de los fondos subyacentes, lo que puede elevar bastante el coste real.
En resumen: los fondos cartera de ING pueden estar bien si buscas una forma básica y automatizada de entrar en el mundo de la inversión sin complicarte. Pero si lo que quieres es una solución optimizada, con gestión fiscal eficiente, rebalanceo adaptativo y comisiones más ajustadas… hay roboadvisors que juegan en otra liga.
¿Por qué tanta gente empieza con los fondos indexados de ING?Durante años, ING ha sido la puerta de entrada al mundo de la inversión para muchísima gente en España. Y tiene sentido. No será el banco con los productos más baratos ni los más avanzados, pero tiene algo clave cuando estás empezando: confianza, sencillez y esa sensación de estar en terreno conocido.
La mayoría ya son clientes. Tienen su nómina ahí, usan la app a diario, conocen la marca. Así que cuando descubren que pueden invertir desde el móvil en dos clics —sin papeleos ni cambiar de plataforma—, lo normal es que digan: “venga, vamos a probar”. Y si encima ven que el fondo dice “indexado”, sienten que están yendo por el buen camino.
Otro punto a favor: ING no va de gurú financiero. No te bombardea con tecnicismos ni te vende castillos en el aire. En un mundo bancario donde muchas veces no se entiende nada, eso se agradece. Su propuesta es clara, directa. Para quien viene de tener su dinero en depósitos o cuentas remuneradas, eso ya es un cambio enorme.
¿Dónde está el pero? En que esa misma comodidad puede hacer que no mires más allá. Y lo fácil, a veces, no es lo mejor. Si no comparas, es fácil quedarte años con un producto que no es malo, pero tampoco el más eficiente. Solo porque fue lo primero que viste.
En resumen, ING lo pone fácil para empezar. Y eso está muy bien. Pero si de verdad quieres sacar partido a tu inversión, tarde o temprano toca levantar la vista y ver qué más hay fuera.
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Lo bueno: qué ventajas tiene invertir con INGAunque yo no invierta con ellos, hay que decirlo: ING ha hecho muchas cosas bien en su propuesta de inversión. Sobre todo si la comparamos con lo que ofrecen otros bancos de siempre. Por eso entiendo perfectamente que mucha gente empiece ahí.
Es cómodo y accesible para cualquieraLo primero, la comodidad. Si ya eres cliente, puedes empezar a invertir con un par de clics. Desde tu cuenta de siempre, sin papeleo, sin abrir cuentas nuevas ni pasar por procesos eternos de verificación. Es tan simple como mover dinero de una cuenta a otra.
Y eso, cuando estás empezando, se agradece.
ING transmite confianzaLo segundo, la confianza. ING lleva años vendiéndose como “el banco diferente”, y la verdad, en esto lo ha demostrado. Mientras otros colocaban fondos activos con comisiones altísimas, ellos apostaron por productos más sencillos, más accesibles y, sobre todo, más transparentes. Eso suma puntos.
Mejor que muchos fondos del banco de toda la vidaTambién es justo decir que, aunque no son los más baratos, sus fondos tienen comisiones más razonables que los de muchos bancos tradicionales. Si vienes de pagar un 1,5 % sin darte cuenta, encontrarte con un 1 % en un fondo indexado ya parece un avance.
Y luego está el lenguaje. Claro, sin jerga rara. No necesitas saber de economía ni llevar años invirtiendo para entender lo que estás contratando. Y eso abre la puerta a mucha gente que, de otro modo, nunca se habría animado.
Así que sí, ING ha tenido un papel importante ayudando a que miles de personas empiecen a invertir. Y eso tiene mérito. El problema es que… ahí se han quedado.
Lo malo: por qué yo no invierto en los fondos indexados de INGAunque ING me parece de lo más decente dentro del mundo bancario, y aunque reconozco el mérito de haber acercado los fondos indexados a tanta gente, yo no invierto con ellos. Y no es por una sola razón. Son varias, y juntas hacen que ING se me quede corto.
Comisiones más altas de lo que pareceLa primera: el coste. Sí, sus fondos son más baratos que los de muchos bancos. Pero siguen siendo caros si los comparas con lo mejor del mercado. En sitios como Indexa Capital puedes acceder a los mismos fondos por la mitad de comisiones. En ING, estás pagando alrededor del 1 %. A corto plazo no parece tanto, pero a largo… se nota, y mucho.
Poca variedad de fondos y perfilesSegundo: la estrategia de inversión no es 100 % indexada. Aunque en la web se habla mucho de fondos “indexados”, la realidad es que muchos de los productos que ofrece ING no siguen de forma estricta un índice concreto.
En varios casos, invierten en otros fondos que a su vez pueden tener gestión activa, o bien replican un índice pero con ajustes o decisiones de la gestora por el camino. Y si miramos los fondos cartera, la mezcla también incluye activos como materias primas u oro, además de una selección concreta de fondos, no siempre puramente pasivos.
El resultado es que no estás invirtiendo en un fondo indexado en sentido estricto, sino en una versión adaptada que puede alejarse del comportamiento de los índices que crees estar replicando. Para quien busca simplicidad, puede valer. Pero si buscas una cartera indexada real, esto se queda a medio camino.
Sin rebalanceo ni gestión realTercero: la automatización es muy limitada. Si eliges un fondo cartera esperando que se rebalancee solo o se adapte a tu perfil con el tiempo… no va a pasar.
Es cierto que cada fondo tiene unos márgenes definidos y se ajusta para mantener su composición, pero no hay rebalanceo dinámico ni personalizado, como sí ocurre en otros servicios más avanzados.
Y lo mismo pasa con la asignación inicial. En ING, simplemente ves una lista de carteras y te dicen: “elige la que más se adapte a tu perfil”. ¿Pero cuál es tu perfil? Ahí ya te apañas tú. No hay cuestionario, ni guía clara. Si quieres ayuda, tendrás que hablar con alguien del banco… si lo encuentras.
Mientras tanto, en plataformas como Indexa Capital, te hacen un test inicial para conocer tu perfil de riesgo y te lo actualizan cada año para ajustarlo si cambian tus circunstancias. No es solo poner dinero y cruzar los dedos: hay un trabajo detrás para que la cartera evolucione contigo.
Y a todo esto, tampoco hay optimización fiscal. Nada de ajustar ganancias y pérdidas automáticamente, como sí hacen otros roboadvisors. Es más bien un “elige tu pack y ya te apañas”.
Si quieres leer más la fiscalidad y los impuestos de los fondos indexados, te recomiendo leer este artículo: Cómo tributan los fondos indexados y los roboadvisors.
¿Qué alternativas uso en lugar de los fondos indexados de ING?Después de repasar lo bueno y lo no tan bueno de ING, la pregunta es lógica: si no invierto con ellos… ¿entonces con quién? En mi caso, la respuesta es sencilla: uso Indexa Capital.
¿Y por qué? Porque hace más cosas de las que promete ING, lo hace a la mitad de precio y con un enfoque 100 % indexado. Y lo mejor: me olvido de todo.
Indexa es un roboadvisor. Te hace unas preguntas para conocer tu perfil de riesgo, te propone una cartera global con fondos indexados de bajo coste (de gestoras como Vanguard o iShares), y se encarga del resto. Literalmente:
Rebalancea cuando hace falta.Reinvierte los dividendos.
Optimiza los traspasos para que pagues menos impuestos.
Hacer test en Indexa Capital
Y todo eso con una comisión total que como máximo ronda el 0,60 % al año. Bastante menos que el 1 % o más que pagas en ING.
Además, la cartera está muy bien diversificada: renta fija global, países emergentes, small caps… cosas que en ING ni aparecen.
Y esto, al final, marca la diferencia. Porque yo quiero una inversión sencilla, eficiente y automática. De verdad. No quiero estar pendiente de si tengo que rebalancear o si estoy pagando comisiones de más. Con Indexa, sé que todo está alineado con mis intereses.
¿Hay otras opciones? Claro. MyInvestor, por ejemplo, te permite montar tu propia cartera indexada con comisiones aún más bajas. Pero ahí tienes que gestionarlo tú y, en el caso de sus carteras indexadas, hay menos variedad.
También están otros roboadvisors como Finizens, Inbestme o Revolut, pero en este caso tienen un problema similar a lo de ING: son más caros y no ofrecen mejores resultados.
Y es que, como digo siempre, más barato no es mejor, pero si vas a cobrarme más, por lo menos espero obtener mejores resultados. Y en inversión, el 95 % de fondos del mundo no lo logran.
Así que sí, ING tuvo un papel clave acercando la inversión indexada a mucha gente. Eso se lo reconozco. Pero si hoy quiero invertir de forma seria, global y a largo plazo… yo me quedo con Indexa.
Conclusión: ¿Merece la pena invertir con ING?Si has llegado hasta aquí, ya te habrás dado cuenta: no tengo nada en contra de ING. De hecho, creo que han hecho más por acercar la inversión indexada al pequeño ahorrador español que cualquier otro banco tradicional.
Apostaron por los fondos indexados cuando nadie más lo hacía (en 2008, ahí es nada), y ofrecieron productos razonables en un entorno lleno de comisiones altas y promesas que no se cumplían.
Pero también hay que ser realistas: los tiempos han cambiado. Hoy existen opciones más baratas, más completas y mejor pensadas para invertir a largo plazo. ING ha sido un gran punto de partida para muchos, pero se ha quedado en eso: un primer paso.
No hay rebalanceos, ni gestión fiscal optimizada, ni una cartera global de verdad… y las comisiones, aunque no son desorbitadas, sí podrían ser bastante mejores.
¿Significa esto que invertir con ING es una mala decisión? Para nada.
Si ya eres cliente, buscas algo simple y no quieres complicarte, puede tener sentido. Es mil veces mejor invertir con ING que no invertir.
Pero si estás dispuesto a dar un pasito más —como abrir cuenta en un roboadvisor como Indexa—, puedes dar un salto importante sin liarte demasiado.
Así que no, no invierto con ING. No porque lo vea como una mala opción, sino porque hoy hay alternativas más eficientes, y que encajan mejor con lo que busco como inversor.
Y si estás leyendo esto, probablemente tú también estés buscando algo más que “lo de siempre”.
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